
El japonés Akihiko Kondo se casó con el holograma que representa a Hatsume Miku, la personaje de un animé. Y lo más fácil del mundo sería indignarse, reírse de él o compadecerlo, pero vamos a intentar otro camino.
Miku es una proyección creada por la empresa Gatebox; según Kondo es la responsable de salvarlo de una terrible depresión. Él sabe que Miku no es real, pero sus sentimientos por ella sí lo son. “Cuando estamos juntos, me hace sonreír”, dijo en una entrevista. “En ese sentido, ella es real”.
Todos los días vemos noticias de gente que se casa con un plato de comida, con su mascota, con un electrodoméstico o con su imagen en el espejo. En este caso se los llama “fictosexuales”, personas que se enamoran de un personaje de ficción.
Esta es una historia triste porque algún día uno de los dos -humano u holograma- dejará de estar. Hace poco, la empresa Gatebox anunció que suspendía el servicio técnico de Miku. Una noche, Kondo volvió de su trabajo y descubrió que Miku ya no estaba.
PD: Los japoneses -que donde ven una necesidad, ven algo que vender- están desarrollando un mercado para fictosexuales que incluye cartas de amor, reproducciones de su ropa y aromas destinados a evocar la presencia del amante ficticio. Y paquetes especiales en hoteles para la feliz pareja.
La Nación, sábado 7 de mayo de 2022
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